Si no la protegemos cada día, nuestra espalda se puede resentir. ¿Sabes cómo cuidarla? Estas posturas de yoga pueden ayudarte.
Anticontracturas: el puente
Tumbada boca arriba, con las rodillas dobladas, los pies paralelos separados entre sí por un espacio similar a la anchura de las caderas y con los talones lo más cercanos a los glúteos posible, despega la espalda del suelo mientras te sujetas los tobillos y apoyas el peso en los hombros. Mantén la postura durante un minuto.
Contra la rigidez: el giro
Sentada con las piernas estiradas, cruza la pierna izquierda sobre la derecha, dejando el pie izquierdo a la altura de la rodilla derecha. Después, estira el brazo, empujando la rodilla izquierda para acentuar el giro. Con la mano izquierda apoyada en el suelo detrás de la nalga izquierda, gira la cabeza a la izquierda para mirar hacia atrás. Mantén la postura un minuto y haz lo mismo con la pierna contraria.
Combatir bloqueos: el barco
Tumbada sobre el estómago, con los brazos extendidos hacia delante, la frente y el pubis pegados en el suelo y las piernas juntas y estiradas, eleva los brazos y la cabeza con las palmas de las manos una frente a la otra y elevando, al mismo tiempo, las piernas. Aguanta la postura durante tres latidos y descansa. Haz varias repeticiones durante un minuto.
Totalmente relajada: el pez
Estirada en el suelo boca arriba, coloca las manos bajo las nalgas, con las palmas hacia abajo, juntando los brazos y omóplatos. Al inspirar, presiona los antebrazos contra el suelo para levantar el tronco y deja caer la cabeza hacia atrás, hasta que la coronilla toque el suelo. Apoya el peso en antebrazos y codos. Mantén durante un minuto.
A tope de oxígeno: el gato
De rodillas, con las manos en el suelo y los brazos y los muslos paralelos, echa la cabeza hacia abajo redondeando la espalda y llevando la barbilla hacia el pecho. Al inhalar, levanta la cabeza y arquea la espalda. Repite seis veces.
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