Hoy, muchos nutricionistas saben cocinar, y eso se nota. A años luz de aquellos planes de
hambre de hace décadas (con menús de hojas de lechuga y pescado cocido), las dietas que nos
proponen tras las vacaciones ya no parecen dietas. En vez de hacerte contar calorías, ahora
sugieren recetas sabrosas, aromáticas y saciantes que, además de controlar el peso, mejoran la
salud, la piel y el estado emocional. Estos 10 alimentos son fantásticos para crear esas recetas,
sencillísimas y que, con toda seguridad, van a ayudarte a llegar a tu peso ideal.
1. Copos de avena para desayunar
Estos cereales no solo te sacian durante horas, sino que además son un chute de minerales,
vitaminas, proteína, grasas saludables, avenantramidas (potentes antioxidantes solo presentes
en la avena) y fibra soluble. Gracias a ello, ayudan a reducir los niveles de colesterol, previenen
la hipertensión y disminuyen el riesgo de obesidad.
2. Sopas ricas
Al menos el 90% de cualquier sopa es agua, que hidrata y sacia aportando cero calorías, además
aportan los electrolitos perdidos por el ejercicio físico o el estrés. Si las preparas con puerros,
zanahorias, cebollas, apio, tomate pelado, pollo sin piel, huesos de ternera o pescado, te saldrán
riquísimas y supernutritivas.
3. Un puñado de frutos secos
Hay gente que no los incluye en su dieta habitual porque creen que aportan mucha grasa, pero
se equivocan. Las grasas que aportan los frutos secos son saludables. Además, varias
investigaciones recientes han comprobado que las grasas no son las principales culpables de la
obesidad, sino los hidratos de carbono refinados y los azúcares añadidos. Un consejo: no los
tomes directamente del envase, porque comerás más de la cuenta. Un puñado diario de unos 30
g es suficiente.
4. Medio aguacate
Los investigadores han visto que las personas que comen aguacates a menudo tienen menos
grasa corporal. Una explicación es que medio aguacate aporta solo 80 calorías. Y no olvides que
el guacamole es un tip perfecto para tomar con palitos de verdura: prepáralo con un aguacate,
un tomate, media cebolleta, sal y limón.
5. Ensaladas apetecibles
Son el secreto mejor guardado de las chicas que nunca engordan porque lo que llena es el
volumen, no las calorías, y las ensaladas se merecen un 10 en este artículo. Además, como hay
que masticarlas bastante, te obligan a comerlas despacio, lo que da tiempo a procesar la señal
de saciedad del cerebro (tarda unos 20 minutos en producirse) y, al final, acabas comiendo
menos. Repletas de fibra, vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes, nuestras ensaladas
mixtas de toda la vida (con verduras de hoja verde, tomates, cebolleta, aguacates, huevo duro,
bonito, vinagreta de aceite de oliva virgen extra...) son un plato saciante y completo. Lo dice un
estudio publicado en Appetite: una ensalada mixta con verduras de hoja verde (canónigos,
rúcula, lechuga, espinacas..) ayuda a controlar el apetito y el peso.
6. Huevos al gusto
Si los tomas en el desayuno, conseguirás sentirte saciada y llena de energía hasta el mediodía.
Tienen menos calorías de lo que la gente cree (unas 75 por unidad), unas fantásticas dosis de
colina (necesaria para el buen funcionamiento del cerebro) y la mejor de las proteínas: de
hecho, es tan buena que se utilizó como "proteína patrón", para valorar las que contenían el resto de alimentos.
7. A la rica sardina
Los pescados azules aseguran proteína de calidad (que ayuda a crear músculo y mejora el
metabolismo), y encima vienen acompañados de omega-3, con alto poder antiinflamatorio y
que previene muchísimas enfermedades crónicas. Los que más omega-3 tienen son el chicharro,
las sardinas, el bonito, los boquerones, la caballa, los arenques y el salmón.
8. Quinoa proteica
Tiene más fibra que la mayoría de los granos, por lo que sacia durante más tiempo. Como
además posee un 14% de proteína completa, ayuda a aumentar la masa muscular y estimula el
metabolismo. Y sin gluten, por lo que pueden tomarla también los celíacos. Te quedará muy rica
si la cueces 15 o 20 minutos, con dos partes de agua por cada ración de quinoa, y si la
acompañas de verduras y hierbas. También se puede tomar con leche, añadiéndole frutas y
canela. Un bol de quinoa aporta 160 calorías.
9. ¿Unas palomitas de maíz?
¿Por qué no? Si sustituyes los aperitivos industriales por palomitas de maíz hechas en casa,
bajarás kilos. Los granos de maíz se llenan de aire y se hinchan al calentarlos en el microondas
(por eso es mejor meterlos antes en bolsas de papel cerradas, sin más añadidos). El resultado
son palomitas con mucho volumen y pocas calorías, pero con fibra y sin las grasas nocivas que
suelen tener muchas de las que compramos ya preparadas y envasadas. Solo un dato: tres tazas
de palomitas preparadas sin grasa llenan muchísimo y tienen menos de 100 calorías.
10. Amigos y enemigos
Bebidas azucaradas, bollería, pasteles, pan blanco, aperitivos salados y dulces, comida rápida...
tienen muchas calorías vacías, que sacian a muy corto plazo, pero que el cuerpo almacena en
forma de grasa. Si tu dieta es rica en esos productos, y, encima, pasas mucho tiempo sentada,
estarás abriendo la puerta a la obesidad y con ella a gran cantidad de enfermedades. En el
extremo contrario están los alimentos saludables. Tardamos más tiempo en digerir verduras y
frutas, frutos secos, legumbres y otros alimentos ricos en fibra, y eso hace que absorbamos sus
nutrientes de forma lenta y sostenida. Eso asegura un aporte constante de energía que nos
mantiene saciadas y bien alimentadas durante mucho más tiempo.
(Foto retomada de ENSALUD.ES)
hambre de hace décadas (con menús de hojas de lechuga y pescado cocido), las dietas que nos
proponen tras las vacaciones ya no parecen dietas. En vez de hacerte contar calorías, ahora
sugieren recetas sabrosas, aromáticas y saciantes que, además de controlar el peso, mejoran la
salud, la piel y el estado emocional. Estos 10 alimentos son fantásticos para crear esas recetas,
sencillísimas y que, con toda seguridad, van a ayudarte a llegar a tu peso ideal.
1. Copos de avena para desayunar
Estos cereales no solo te sacian durante horas, sino que además son un chute de minerales,
vitaminas, proteína, grasas saludables, avenantramidas (potentes antioxidantes solo presentes
en la avena) y fibra soluble. Gracias a ello, ayudan a reducir los niveles de colesterol, previenen
la hipertensión y disminuyen el riesgo de obesidad.
2. Sopas ricas
Al menos el 90% de cualquier sopa es agua, que hidrata y sacia aportando cero calorías, además
aportan los electrolitos perdidos por el ejercicio físico o el estrés. Si las preparas con puerros,
zanahorias, cebollas, apio, tomate pelado, pollo sin piel, huesos de ternera o pescado, te saldrán
riquísimas y supernutritivas.
3. Un puñado de frutos secos
Hay gente que no los incluye en su dieta habitual porque creen que aportan mucha grasa, pero
se equivocan. Las grasas que aportan los frutos secos son saludables. Además, varias
investigaciones recientes han comprobado que las grasas no son las principales culpables de la
obesidad, sino los hidratos de carbono refinados y los azúcares añadidos. Un consejo: no los
tomes directamente del envase, porque comerás más de la cuenta. Un puñado diario de unos 30
g es suficiente.
4. Medio aguacate
Los investigadores han visto que las personas que comen aguacates a menudo tienen menos
grasa corporal. Una explicación es que medio aguacate aporta solo 80 calorías. Y no olvides que
el guacamole es un tip perfecto para tomar con palitos de verdura: prepáralo con un aguacate,
un tomate, media cebolleta, sal y limón.
5. Ensaladas apetecibles
Son el secreto mejor guardado de las chicas que nunca engordan porque lo que llena es el
volumen, no las calorías, y las ensaladas se merecen un 10 en este artículo. Además, como hay
que masticarlas bastante, te obligan a comerlas despacio, lo que da tiempo a procesar la señal
de saciedad del cerebro (tarda unos 20 minutos en producirse) y, al final, acabas comiendo
menos. Repletas de fibra, vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes, nuestras ensaladas
mixtas de toda la vida (con verduras de hoja verde, tomates, cebolleta, aguacates, huevo duro,
bonito, vinagreta de aceite de oliva virgen extra...) son un plato saciante y completo. Lo dice un
estudio publicado en Appetite: una ensalada mixta con verduras de hoja verde (canónigos,
rúcula, lechuga, espinacas..) ayuda a controlar el apetito y el peso.
6. Huevos al gusto
Si los tomas en el desayuno, conseguirás sentirte saciada y llena de energía hasta el mediodía.
Tienen menos calorías de lo que la gente cree (unas 75 por unidad), unas fantásticas dosis de
colina (necesaria para el buen funcionamiento del cerebro) y la mejor de las proteínas: de
hecho, es tan buena que se utilizó como "proteína patrón", para valorar las que contenían el resto de alimentos.
7. A la rica sardina
Los pescados azules aseguran proteína de calidad (que ayuda a crear músculo y mejora el
metabolismo), y encima vienen acompañados de omega-3, con alto poder antiinflamatorio y
que previene muchísimas enfermedades crónicas. Los que más omega-3 tienen son el chicharro,
las sardinas, el bonito, los boquerones, la caballa, los arenques y el salmón.
8. Quinoa proteica
Tiene más fibra que la mayoría de los granos, por lo que sacia durante más tiempo. Como
además posee un 14% de proteína completa, ayuda a aumentar la masa muscular y estimula el
metabolismo. Y sin gluten, por lo que pueden tomarla también los celíacos. Te quedará muy rica
si la cueces 15 o 20 minutos, con dos partes de agua por cada ración de quinoa, y si la
acompañas de verduras y hierbas. También se puede tomar con leche, añadiéndole frutas y
canela. Un bol de quinoa aporta 160 calorías.
9. ¿Unas palomitas de maíz?
¿Por qué no? Si sustituyes los aperitivos industriales por palomitas de maíz hechas en casa,
bajarás kilos. Los granos de maíz se llenan de aire y se hinchan al calentarlos en el microondas
(por eso es mejor meterlos antes en bolsas de papel cerradas, sin más añadidos). El resultado
son palomitas con mucho volumen y pocas calorías, pero con fibra y sin las grasas nocivas que
suelen tener muchas de las que compramos ya preparadas y envasadas. Solo un dato: tres tazas
de palomitas preparadas sin grasa llenan muchísimo y tienen menos de 100 calorías.
10. Amigos y enemigos
Bebidas azucaradas, bollería, pasteles, pan blanco, aperitivos salados y dulces, comida rápida...
tienen muchas calorías vacías, que sacian a muy corto plazo, pero que el cuerpo almacena en
forma de grasa. Si tu dieta es rica en esos productos, y, encima, pasas mucho tiempo sentada,
estarás abriendo la puerta a la obesidad y con ella a gran cantidad de enfermedades. En el
extremo contrario están los alimentos saludables. Tardamos más tiempo en digerir verduras y
frutas, frutos secos, legumbres y otros alimentos ricos en fibra, y eso hace que absorbamos sus
nutrientes de forma lenta y sostenida. Eso asegura un aporte constante de energía que nos
mantiene saciadas y bien alimentadas durante mucho más tiempo.
(Foto retomada de ENSALUD.ES)
Son muy buenos tips de una buena alimentación y así mismo saber los beneficios que al consumir esto nos traerá en nuestro cuerpo y poder mantener una buena alimentación al consumir este tipo de comidas.
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